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El mercado de NO-trabajo.

Cuando ayer a las 8 de la mañana comencé a escribir lo que pretendo que sea una serie de post bajo el título Revolucionar las políticas de empleo, no me podía imaginar que unas horas más tarde Ferraz saldría de su letargo invernal para proponer un pacto nacional por el empleo, con una batería de medidas que comparto en gran medida:

■ Propuestas a corto plazo. Para reactivar el crédito. 1. Que los bancos con ayudas públicas tengan objetivos de crédito para pymes y emprendedores. 2. Crear un fondo público de 20.000 millones de euros. 3. Convertir el ICO en una Agencia Estatal de Financiación. Para el empleo. 1. Exención del 100% de las cotizaciones de las empresas de menos de 50 trabajadores que creen nuevo empleo el primer año —y descuentos del 75% y el 50% los dos siguientes—. 2. Contratación de jóvenes con ayudas específicas a las empresas. 3. Favorecer la creación de empresas estableciendo una cotización máxima de 50 euros durante seis meses a los emprendedores. 4. Fortalecimiento del programa Prepara. 5. Planes específicos para las comunidades con tasas de desempleo superiores al 30%.

 ■ Propuestas a medio plazo.  1.  Retrasar el objetivo del 3% de déficit a 2016.  2.  Que no computen en ese objetivo las inversiones públicas y las ayudas a la internacionalización de las empresas.

Pues representan un programa de estímulo genuinamente keynesiano a gran escala, y son estas medidas u otras bien parecidas las que necesita un país en grave recesión económica y en gravísima regresión social.

Dicho lo cual, continuaré detallando algunas ideas políticamente incorrectas que no suelen abundar en los medios oficiales y que encuentran mucho más acomodo en un espacio de opinión personal como este. Si la idea fuerza de ayer fue “De esta no salimos a base de startups” y se concretaba en que el manido “cambio de modelo productivo” por sí sólo puede tardar 30 años en absorber la bolsa de desempleo en nuestro país, la de hoy se puede resumir en “¿Qué hacer con 10.800 millones de horas de fuerza de trabajo inmovilizadas”

Cuando hablamos de 6 millones de parados se acostumbra a presentar esta realidad desde dos visiones contrapuestas: De una parte como un dato macro económico, como un termómetro de enfermedad nacional o como un ejemplo de lo que no se debe hacer en palabras de la Señora Merkel o el Señor Mitt Rommey; de otra, están los que van más allá de los números y hablan sobre todo de los rostros reales de la crisis, de las personas de carne y hueso que sobreviven a duras penas el calvario – a estas alturas brutalmente cotidiano- de no tener ingresos.

No abundaré en ninguna de estas dos perspectivas que son recurrentes, y entiendo además que para leer de macro –al menos los progresistas de buenas constumbres –recurren a Krugman o Stiglitz y para leer retratos sociales acuden a Juan José Millás.

El caso es casi todos los análisis hablan del Mercado de Trabajo, y por ende, casi todas las medidas o soluciones que se plantean van dirigidas a mejorar el funcionamiento de éste y las propuestas del PSOE no son una excepción.

El problema -como describía en el primer post- es que el Mercado de Trabajo, aunque empiece a lubricar a partir de hoy mismo, algo que nadie nos garantiza por cierto, tardará muchísimos años en dar una salida a esos 6 millones de parados y la pregunta que se hacen todas estas personas es ¿qué hacemos mientras tanto?

Pienso que hay que comenzar a hablar del Mercado de No Trabajo. Por poner cifras este No Mercado representa 10.800 millones de horas de trabajo potenciales (Considerando 1800 horas de jornada anual) lo que traducido a cifras manejables representan:

  • Un curso de 220 horas de inglés para cada uno de los 49 millones de españoles.
  • Una asistencia de 26 horas semanales a cada uno de los 8 millones de personas mayores de 65.
  • O si hablamos de dependientes (900.000) esa asistencia podría ser de “32 horas” al día para cada uno.
  • Si se trata de niños de 0 a 4 años (2.400.000)  podríamos dedicar a cada uno 2,5 personas a jornada completa.
  • O rehabilitar integralmente 6.7 millones de viviendas en un año.

Y ahora una tanda de respuestas rápidas a las múltiples preguntas que seguro se está haciendo usted ahora:

¿Qué quiero decir con esto? Básicamente que un país no puede permitirse el lujo de tirar más de 10.000 millones de horas a la basura habiendo necesidad real de trabajo.

¿Acaso no pretenderá ocupar a los desempleados en estos oficios? No a todos obviamente, son cifras para hacernos reflexionar. La gente lo que quiere es un trabajo digno y en la medida de las posibilidades en un área para la que se ha formado. El asunto es –insisto- ¿qué hacemos con toda esta bolsa de personas en desempleo y concretamente con los millones que no van a encontrar espacio en el mercado de trabajo durante los próximos años?

¿Pero entonces tienen formación para estas cosas? Son sólo algunos ejemplos pero hay decenas de necesidades sin cubrir (listas de espera en hospitales, recuperación del patrimonio histórico artístico, vigilancia de los montes…) Además un 12% de la población activa en España tiene formación universitaria y no encuentra  trabajo, y otro 26% tiene estudios medios.

¿No sería mejor que ocupen su tiempo en formarse mejor para tener más posibilidades de encontrar un puesto? Obviamente sí. Pero hay hasta 14 demandas por cada plaza formativa ofertada por el INAEM (INEM en Aragón) y las nuevas tasas de la educación de postgrado no son especialmente accesibles para el común de los mortales.

¿Y esto no sería objeto de un plan de estímulo a las empresas para que aborden todos esos nichos de negocio? Así debería ser en teoría, pero el mercado está tan colapsado que aunque actuáramos rápido, con el plan que propueso ayer el PSOE por ejemplo, durante años no será suficiente.

¿Y en conclusión? Esto es sólo un aperitivo para comenzar. Pero este país necesita un plan de choque radical. Hay que actuar en el mercado de trabajo sí claro, hay que hacerlo además a gran escala, y junto a las políticas sociales deben ser la prioridad absoluta, pero la experiencia nos demuestra que hemos cruzado tantas líneas rojas que incluso si retomamos la “senda del crecimiento” (eufemismo odioso) tardaremos muchos años en generar empleo para todos. (30 años si conseguimos crear 200.000 puestos de trabajo al año)

Y para terminar un adelanto del próximo post: Hackear el Mercado de Trabajo actuando en el mercado de No Trabajo, que es lo mismo que adoptar una economía de guerra, sin que ello suponga perder un ápice de derechos o renunciar al sistema de bienestar social, con el único objetivo final de crear empleo a través de la movilización de todos nuestros recursos.

Y un link para la esperanza. (Hollande contratará 40.000 profesores)

Sigue en: Curroland, Revolucionar las políticas empleo III

2 pensamientos en “Revolucionar las políticas de empleo II

  1. Pingback: Revolucionar las políticas de empleo (I) | raulolivan

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